/LA ULTRANATURALEZA SALVAJE DE ANA DONAT/ por MARISOL SALANOVA/

Ana Donat (Valencia, 1966) es una artista multidisciplinar que lleva tiempo trabajando en varias líneas conceptuales que permiten reflexionar sobre el medio natural donde nos encontramos a partir de hibridaciones imaginadas cercanas a la ciencia ficción. Sensible a su entorno, empática, viajera y experta en botánica, su obra siempre contiene un trasfondo ecológico y diferentes mensajes de respeto, conservación y necesaria aproximación al paisaje. Visitar su estudio próximo al Bulevar Sur de Valencia es adentrarse en un sinfín de universos paralelos atractivos y electrizantes. La artista, que acaba de inaugurar en la Sala de Exposiciones Josep Renau de la Facultad de Bellas Artes de su ciudad en el marco de una colectiva que finaliza el 12 de julio de 2015 titulada Trazo Urbano y comisariada por Juan Bautista Peiró, imparte paralelamente cursos y talleres de Arte y Restauración Paisajística, Creatividad y Medio Ambiente. En el año 2013 recibió una beca para la Résidence d´Artistes Ifitry, Centre d ´Art Contemporain Essaouira en Marruecos para producción artística del desarrollo del proyecto SAVAGE-SAUVAGE que se pudo ver en la Bienal Internacional de Casablanca 2014.

En su estudio sigue trabajando a diario enfrascada en nuevos proyectos y uno de ellos llama especialmente la atención, se trata de ULTRANATURE (2013-2015). Compuesto de multimedia y esculturas la serie plantea la aparición de una nueva generación de organismos, a saber, semillas-plantas-flores, virtuales a los que ella da vida generando una naturaleza artificial mediante materiales cerámicos, resinas, lacados, vidrio, madera, con un acabado muy orgánico e inquietante. Está centrada en la posibilidad de nuevos ecosistemas artificiales que podrían darse como reacción a toda la polución que existe, con sus propios sistemas de organización y sus diferentes códigos genéticos. Las piezas, complejas en concepto pero sencillas, sinuosas y atrayentes a la vista tienen un desarrollo infinito, fractal. Recuerdan a raíces, ramas de flores y semillas blancas en permanente metamorfosis. La artista inventa, modelando, una posible cepa alterada de determinados tipos de semillas reales que conoce y cuyo tamaño aumenta en madera para después lijar esa madera, pulirla, escanearla y trabajar sobre un prototipo virtual, no a la inversa como suele suceder, mezclando el modelo virtual y el real, confrontando la escala humana y la escala de esta naturaleza artificial hipotética e inquietante.

La naturaleza transformada, defendiéndose de agresiones externas, hibridándose y derivando en formas imposibles y a la vez cercanas, es el proceso de transformación que Ana Donat propone para sumergir al espectador en un viaje en el que descubrir especies de plantas futuristas, semillas transgénicas subversivas, nacidas en lugares contaminados, yermos, baldíos… ¿Hacia qué nos lleva esto? La artista fantasea con que estas nuevas especies sobreviven incluso a nosotros mismos o tratando de integrarse ente nosotros los seres humanos porque resisten lo indecible. Ella, que anteriormente ha trabajado también en torno a los vertidos tóxicos en mares y océanos, sabe bien que la naturaleza se abre paso. Así, idealiza a estas criaturas a las que da vida como organismos biomecánicos capaces de funcionar a modo de filtro para sí mismos y que de manera espontánea purifican aguas contaminadas.

Mapas con geolocalizaciones acompañan a las esculturas que, como si se tratase de objetos de ingeniería industrial, quedan retratados en imágenes fotográficas en escenarios reales, insertas en paisajes, fingiendo haberlas encontrado ahí, en su hábitat, nuestro hábitat, vivas, resistiendo, contribuyendo a que el mundo siga su curso. La artista se pregunta constantemente si en biología las mutaciones genéticas son generadas por el azar. Su serie ULTRANATURE, inédita y a la espera de ser mostrada en público, es un experimento mental llevado a la práctica artística. “La mutación puede generar alelos, aleatoriedad, que impacten de manera positiva sobre el organismo para desempeñar sus actividades de supervivencia y reproducción que los genes mutados confieren a los individuos que los poseen. Normalmente las características de un organismo se deben a la genética y al entorno, pero, ¿También las recombinaciones genéticas son obra del azar? Lo que yo creo son formas basadas en la naturaleza pero desarrolladas sensitiva, espontánea, orgánicamente. Actúo dirigida por recuerdos de formas almacenados en la memoria, por significados escondidos o subterráneos” explica Donat.

All images courtesy Ana Donat
Ana Donat, boceto en proceso serie Ultranature, técnica digital, malla metálica y madera, medidas variables, 2013-2015.

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